domingo, 2 de septiembre de 2007

Una pequeña prueba de maridaje

Durante mi estancia en Jerez, entre instalación e instalación tuve la ocasión de poder disfrutar de la oportunidad que el hotel Barceló me ofrecía.
Esta oferta, la cual tuvieron el detalle de permitir tomarla a pesar de que era para un mínimo de 2 personas, consistía en un menú en el que presentaban las posibilidades que los vinos de la zona aportan a la gastronomía.
El menú era el que a contiuación describo:
- Ensalada fresca de Naranja y Bacalao con vinagreta de verduras, en la que la combinación entre el bacalao y la naranja dan un resultado interesante. Para este plato, seleccionan un Fino Tio Pepe, de las Bodegas González-Byass.
- Arroz negro cremoso con parmesano y ali-oli de plátano, combinado con un Amontillado Tio Diego de Bodegas Valdespino.
- Rabo de toro jerezano deshuesado, con un Oloroso "Alfonso" de la bodega González-Byass.
- y como postre, un biscuit de Pedro Ximenez, para lo que seleccionaron un Solera 1847 de González Byass

Mi impresión, en los dos primeros platos, la combinación es buena, la armonía hace que en ambos casos se disfrute del sabor del bacalao y el arroz.
En el caso del rabo de toro, desde mi punto de vista, el oloroso no le hace ningún favor al rabo de toro, habría preferido un tinto que hiciera que la madera, toques y ahumados de un reserva hubieran potenciado el sabor de la carna.
En cuanto al postre, quizás un Pedro Ximénez había sido mejor, o incluso el que tenían previsto poner inicialmente, el Pale-Cream Finest de Bodegas Emilio Lustau.

A pesar de todo ello, fue una de esas cenas que repetiría con los ojos cerrados, tanto por la calidad de la cocina como por la atención del restaurante (El Bocado) y que hacen que una semana de trabajo duro sea más llevadera....